beneficios de un abrazo

Beneficios psicológicos de un abrazo

Los abrazos son sentimientos a flor de piel. La satisfacción, paz y alegría que te produce dar, y recibir, un abrazo son algunas de las sensaciones que mejor te harán sentir física y psicológicamente. Estudios científicos avalan que dar abrazos, y recibirlos, por más de 4 segundos consecutivos producen muchos beneficios psicológicos y fisiológicos, como: rebajar tensión, liberación de la hormona oxitocina (la causante de la felicidad), relajación, entre otros muchos. Recibir y ofrecer abrazos son actos de generosidad, amor y amistad y sus beneficios más importantes son

  1. Favorece la felicidad y mejora el estado de ánimo. Los abrazos aumentan nuestra seguridad y, por consiguiente, la felicidad. La autoestima se refuerza gracias al abrazo y sus efectos físicos, como es la segregación de serotonina.
  2. Tu confianza y seguridad aumentan. Los abrazos nos hacen sentir protegidos, confiados y apoyados. Es una forma de demostrar tu amor por los demás y hacerlos sentir queridos y valorados.
  3. Reduce los sentimientos de enfado. La presión de los abrazos hacen que nuestra circulación mejore; se estimula mejor la circulación y produce que las tensiones se rebajen.
  4. Reduce la tensión. Al igual que sucede con la serotonina, los abrazos también provocan la liberación de oxitocina. Esta hormona hace que nuestro sistema nervioso se restablezca y se relaje por la bajada de la presión arterial.
  5. Fortalece tu sistema inmune. Los abrazos activan nuestro sistema inmunológico favoreciendo la creación de glóbulos blancos logrando así prevenir y mejorar nuestras defensas.
  6. Rejuvenece tu cuerpo. Los abrazos favorecen la oxigenación de nuestros tejidos por lo que alarga la vida de nuestras células evitando que envejezcan prematuramente.

¿Aún dudas de los beneficios de los abrazos?

El poder dar y recibir abrazos es una de las herramientas de sociabilización de los seres humanos y con los beneficios científicamente demostrados nos invitan a abrazar la vida y a todos los que nos rodean.

Autor: Ismael Limones