Depresión otoñal

Depresión otoñal, ¿cómo hacerle frente?

La depresión otoñal o trastorno afectivo emocional se genera como consecuencia de una serie de cambios ambientales que se van produciendo en otoño que afectan al funcionamiento de nuestro cuerpo y nuestra mente. La depresión otoñal afecta en mayor porcentaje a mujeres que a hombres. También puede afectar a niños, aunque en un bajo porcentaje.

Los aspectos que más influyen en la aparición de la depresión otoñal son el menor número de horas a luz y la menor exposición al sol; la bajada de temperaturas y el frío; y los importantes cambios de hábitos entre el verano y el otoño (incorporación al trabajo, vuelta a la jornada completa, etc.). Aunque todos notamos estos cambios, no todas las personas presentan la depresión otoñal; nuestra predisposición y nuestra actitud tomando algunas medidas, pueden ayudar a pasar esta época sin una bajada emocional y de ánimo.

Nuestro organismo y nuestra mente se regulan de forma coordinada a través de nuestro sistema nervioso (neuronas y neurotransmisores) y de nuestro sistema endocrino (hormonas). La producción de ciertos neurotransmisores como la serotonina y la melatonina están relacionados con la luz y el número de horas de luz, y por tanto pueden alterarse en otoño. Igualmente la luz es esencial en la producción de vitaminas esenciales para el funcionamiento de nuestro cuerpo como es el caso de la vitamina D.

Nosotros poco podemos hacer frente al número de horas de luz, pero sí podemos tener en cuenta otros factores relacionados y que nos ayuden a mejorar la regulación de nuestro cuerpo y hacer frente a la depresión otoñal.

1. Intentar realizar ejercicio físico al aire libre, o simplemente realizar ejercicio físico. La actividad física es fundamental para nuestro cuerpo y la salud psicológica. Se ha demostrado que genera un estado de felicidad debido a la producción de endorfinas.

2. Mantener una rutina en la hora de acostarte y levantarte. Son aspectos que se incluyen dentro del mantenimiento de una buena higiene del sueño. Llevar una serie de hábitos o pautas que eviten trastornos del sueño y nos aseguren el descanso. Dormir el suficiente número de horas; acostarnos a diario a la misma hora; preparar el cuerpo para el descanso, sin móviles o aparatos que emitan luz azul; crear un entorno con luz tenue; cenar ligero o bastante temprano; etc.

3. Llevar una dieta saludable. Una dieta equilibrada es primordial para que nuestro organismo funcione correctamente y es, junto al ejercicio físico, fundamental para evitar y prevenir enfermedades metabólicas.

4. Mantener relaciones sociales y afectivas satisfactorias. Somos seres sociales y como tales debemos relacionarnos con nuestro entorno social de forma adecuada. Cuida de tu entorno familiar cercano y cread entre todos un entorno seguro, tranquilo y alegre; tanto si tienes hijos, como si vives en pareja. En el trabajo evita conflictos vacíos y que no lleven a nada. En cuanto a los amigos y entorno social ten en cuenta que tenemos que intentar ser felices en esta vida y disfrutar de ella; desde tener una charla entretenida en la frutería hasta en las salidas con amigos.

Independientemente de estas pautas para hacer frente a la depresión otoñal, en ocasiones, las circunstancias particulares o nuestra predisposición personal nos pueden llevar a sufrir en esta época apatía o falta de interés por las cosas; mal humor; falta de deseo sexual;…todos ellos aspectos que, además de afectarnos a nosotros, pueden deteriorar nuestra vida familiar o en pareja. Ante estas situaciones no dudéis en consultar con un psicólogo especializado con el que trabajar para que os ayude a gestionar y sobrepasar esas situaciones.

Autor: Ismael Limones