La psicoterapia…
Es un proceso terapéutico,
Un cambio personal profundo,
Un espacio de encuentro íntimo y confidencial,
Una relación que sana y en la que uno se encuentra,
Un contacto directo, sincero y personal,
Un espacio de comunicación respetuoso,
Un lugar donde sentirse libre y espontáneo,
Un tú a tú,
Un contexto donde ahondar en el sí mismo,
Un sitio donde analizarse, comprenderse y sanarse,
Un asentamiento de la experiencia y las emociones,
Una recolocación de cómo actúo y me comporto en mi vida,
Un rincón donde ajustarme a mis necesidades y al mundo,
Un ambiente donde dejarse ser, para crecer, sanarse y aprender….
La psicoterapia se constituye como un espacio de crecimiento personal en la que cualquier persona puede conocerse, profundizar en sí mismo y crecer. Cuando uno ahonda en cómo se relaciona consigo mismo y con el mundo que le rodea, aprende a tomar conciencia de sus necesidades en las diferentes áreas y en cómo en la satisfacción de estas necesidades, con bastante frecuencia, uno se automanipula y autoengaña, dirigiendo su vida hacia objetivos o valores que conducen a un camino de frustración e infelicidad indeterminada.
“La psicoterapia es demasiado beneficiosa para limitarla sólo a los enfermos” («Terapia Gestáltica», Erving y Miriam Polster)