Es muy probable que el término responsabilidad afectiva como tal no sea muy habitual en nuestro día a día. Sin embargo, si te hablamos de ser conocedores y cuidadosos con los sentimientos y emociones de los demás y los nuestros propios para que sean respetados y no se dañen, seguro que te resulta un tema bastante habitual y común.
En nuestra consulta de Psicología de Ismael Limones tratamos la responsabilidad afectiva tanto de forma personal como referida a parejas, familias, grupos de trabajo, etc porque es algo que no se circunscribe sólo a un sólo ámbito.
La relevancia de una correcta responsabilidad afectiva para mejorar nuestra vida y la de los demás.
Hablamos de responsabilidad afectiva cuando no pasamos por alto los sentimientos ni las emociones de quienes nos rodean, cuidando nuestros actos, palabras o gestos para no dañarlos y además también usamos esas pautas hacia nosotros mismos para cuidar aquello que nos hace sentirnos bien y a lo que no es justo que renunciemos si con ello no dañamos a nadie.
Es complicado en muchas ocasiones eso de «ponernos en la piel de los demás». El ritmo de vida acelerado que llevamos casi todos hace que, injustamente, dejemos de lado aquello que también necesitan los que nos rodean.
Por ello, para trabajar correctamente hacia una buena responsabilidad afectiva, debemos hacer hincapié en aspectos como:
- Escuchar: dedicar tiempo a escuchar con interés aquello que nuestros niños, pareja, nuestros mayores, amigos… están deseando compartir o contarnos. Del mismo modo tendremos que disfrutar de la oportunidad de ser nosotros quienes hablemos o pongamos sobre la mesa nuestras inquietudes siendo igualmente escuchados.
- Establecer comunicación: es importantísimo que podamos hablar de cuáles son los sentimientos de los demás y que ellos sepan los nuestros, para que sean objeto de cuidado y respeto. De esa forma, si la comunicación es algo natural y habitual, podremos solucionar problemas, poner límites y dar toques de atención cuando algo empiece a ir mal.
- Llegar a acuerdos: estableces consensos para que sepamos el papel de cada uno en consonancia con nuestros deseos, preocupaciones y sentimientos y todo sea de común acuerdo. No siempre vamos a estar de acuerdo en todo, por lo que hemos de saber ceder y que se nos conceda nuestra parte.
- Ser empático: ¿Cómo se sentirá esta persona ante esta situación? ¿Soy consciente de que está pasando un mal momento? ¿Me pongo en su lugar?. La empatía es tal vez uno de los pilares fundamentales.
En resumen, para desarrollar y mantener una correcta responsabilidad emocional y ser receptores de la misma debemos cuidar nuestras palabras y nuestros actos en todas las relaciones con los demás, recibir esa misma consideración de ellos hacia nosotros y concedérnosla a nosotros mismos.
Debemos trabajar la sociabilidad y la comunicación, aprender a convivir y superar conflictos estableciendo acuerdos y consensos todo ello desde el respeto y la empatía en ambas direcciones.
Pide asesoramiento en nuestra consulta de Ismael Limones Psicólogo para que podamos orientarte en este o cualquier otro tema sabiendo que estás en manos de profesionales experimentados y cercanos en todo momento.