Terapia Gestalt

¿Qué es la terapia gestalt?

La Terapia Gestalt es definida como una terapia que se identifica y pertenece a la Psicología Humanista. Surge a mediados del pasado siglo XX y lo más característico, que además la identifica, es que no está concebida para abordar solamente diferentes problemáticas que afectan al ser humano: bloqueos, desequilibrios, ansiedad, conflictos de pareja, familiares y/o laborales, etc, sino que también está orientada y persigue el desarrollo completo del potencial humano. Se presenta como un «arte de vivir», un modo peculiar de entender las múltiples relaciones del ser humano con el mundo que lo rodea.

Debe su nombre al término alemán «gestalt», el cual se puede traducir como «forma», haciendo referencia al hecho de que el terapeuta (también denominado observador), pueda dar forma a la experiencia.

Cree que el organismo, por naturaleza, tiende a mantener su equilibrio y su salud, de manera que cuando le surge una necesidad o carencia (a nivel fisiológico o psicológico) trata de satisfacerla para restablecer ese equilibrio. La persona tiene que ser capaz de sentir esa necesidad y saber manejarse a sí mismo y a su entorno, para poder satisfacerla.

FUNDAMENTOS DE LA TERAPIA GESTALT

A diferencia de otras corrientes, la Terapia Gestalt enfatiza principalmente lo que está sucediendo, se está pensado y sintiendo en el momento, por encima de lo que fue, pudo haber sido, podría ser o debería estar sucediendo. Estudia la historia de la persona desde el momento actual y presente, para tener constancia de que somos lo que somos, entre otras cuestiones, por todo lo vivido.

Se basa en cuatro puntos fundamentales:

  • El aquí y ahora: vivir y sentir el presente, la realidad.
  • El darse cuenta: ser consciente de lo que (me) pasa en cada momento.
  • Ser responsable tanto de lo que uno es como de los propios pensamientos, sentimientos y acciones.
  • La confianza en que el propio individuo tiene la capacidad de encontrar el equilibrio a través de la liberación del instinto y propone la búsqueda de autenticidad y coherencia interna.

Se habla más de «cliente» que de «paciente» por cuanto se pretende así indicar que alguien acude a la consulta del terapeuta buscando quien lo acompañe y lo guíe para poder «autocurarse». Por tanto podemos decir que el terapeuta, con su ayuda, hace más las veces de facilitador que de un «sanador» por medios externos al propio ser humano.

Autor: Ismael Limones